10 de diciembre de 2009

La discriminación olvidada: el fútbol femenino, ese gran desconocido


Siempre me ha resultado sorprendente, y no gratamente precisamente, que el fútbol (masculino) causara tantísimo furor en nuestra sociedad. Hay gente que realmente le encanta y parece que vive por y para ello. Pero no es eso lo que me desagrada, ya que al fin y al cabo todo el mundo tiene sus gustos.

Lo que siempre me ha molestado es que se le conceda tantísima importancia en las noticias. A menudo se le dedican más minutos a las noticias deportivas (básicamente de fútbol) que a noticias de ámbito, por ejemplo, internacional.
Y sobretodo, lo que hace que me resulte tan desagradable es que se gaste tantísimo dinero en unos jugadores, en unas instalaciones -del nuevo mestalla en Valencia mejor ni hablamos- y en unos clubes. Y que sin embargo, haya gente que realiza labores muchísimo más importantes para la sociedad (sí, más que ganar una liga, una copa, un plato, o lo que sea) y que no cobran ni un cuarto, ni son conocidos ni la mitadque estos personajes.
Y digo personajes, y no personajas, porque, además de que está mal dicho, las mujeres que se dedican a este deporte no viven ni en la mitad de condiciones que los hombres.

Y esto ya es la gota que colma el vaso en el mundo del fútbol: la más que evidente discriminación femenina.
¿Por qué si es el mismo deporte no cobran ni la mitad? ¿Por qué a la gente, a todos esos futboleros apasionados por este deporte de la pelota en los pies, no le interesa el mismo deporte jugado por mujeres?           

El Gobierno de Zapatero se jacta bastante de sus políticas de igualdad, y no seré yo quien diga que van mal encaminadas, pero tal vez la ministra Aido, en vez de inventarse palabras nuevas, que ni ayudan ni benefician, debería acordarse de ese otro colectivo de mujeres que todavía siguen siendo discriminadas. Porque al fin y al cabo, se dedican a lo mismo que los hombres, pero, ya no es que ganen menos, no, es que no se les concede la oportunidad de convertir este deporte en un oficio digno, como sí hacen los hombres.

Puestos a realizar políticas de igualdad y a la paridad profesional, ¿por qué nos olvidamos de las jugadoras femeninas? ¿es que estas mujeres no están siendo discriminadas al realizar la misma tarea que los hombres pero sin ganar ni la mitad?

Lo que lamentablemente sucede, y como bien dice Carla Duco, jugadora de fútbol femenino profesional, es que cuando una mujer juega a fútbol, nos limitamos a sonreír con condescendencia como cuando un niño imita a sus padres. Como cuando una mujer intenta hacer lo mismo que un hombre.

Carla, una joven loca por el fútbol de tan solo 22 años, jugadora del equipo de la Universidad de Valencia, es el vivo retrato de esta discriminación: su hermano, que juega en una categoría inferior a ella, pero en una liga masculina, sí que cobra por jugar y de hecho, puede vivir de su sueño. Pero ella, que juega en segunda, no cobra apenas nada y tiene que trabajar en otra cosa para poder vivir, a pesar de que le dedica el mismo tiempo y esfuerzo a este deporte que su hermano.




Viendo todo esto es fácil olvidarse de que estamos en el siglo XXI, en el que mujeres y hombres, son, en teoría, iguales.

3 tazas:

carmen selma | 10 de diciembre de 2009, 17:00

Este es uno de los muchos ejemplos que nos demuestran, como bien dices, lo lejos que estamos de aquel mundo que los hombres andan predicando desde sus tribunas de oro.

Me encanta ese toque agridulce que das a los textos a los vídeos, la realidad es ese saco triste, pero tú la revistes con la música y las palabras que nos hacen sonreir, aunque sea con ese toque amargo... sigue asíii!!!!!, que soy fan!!

Federico Lambea Osuna | 11 de diciembre de 2009, 19:49

No creo que se pueda decir mejor. Esta es una guerra, en la que, a veces, ganamos unos pasitos y perdemos otros tantos. Faltan muchas mentalidades que cambiar; unos medios de comunicación social que se aprendan de una vez por todas, el rol de la mujer en el deporte. Sobra machismo.

Len0re | 12 de diciembre de 2009, 15:08

Lejos, muy lejos. Poco a poco avanzamos, pero, falta muchísimo.
Muchas gracias carmen me animan mucho tus palabras!!
En realidad, ojalá pudiese un día escribir sin toque amargo...

Federico Lambea Osuna, bienvenido y precisamente lo que usted ha dicho: sobra machismo.
El camibo de mentalidades parece que nunca llega, algo tan sencillo como este caso cuando se dice un poco más alto no faltan voces que se escudan en otros cientos de casos y situaciones diferentes para rechazar este deseo de igualdad. Si tanto nos cuesta cambiar una cosa pequeña, no digamos las grandes.